¡BOMBA EN LA ROJA! GARECA TIRA LA TOALLA CON UNA SONRISA Y MUCHAS FLORES… PERO SIN RESULTADOS

Desde Bolivia —donde la Roja sigue sin encontrar ni el norte ni el gol— Ricardo Gareca anunció su salida como DT de la selección chilena en una conferencia de prensa que fue más una despedida con tono de spa que un cierre de ciclo deportivo.

Con su habitual tono sereno, el técnico argentino intentó ponerle paños fríos a una situación que ya venía hirviendo. «Descomprimir», dijo. Como si el vestuario fuera una olla a presión y su renuncia el escape de vapor. “Intentamos pelear hasta el final todo”, señaló con dignidad, aunque las peleas terminaron más bien en abrazos de consuelo.

Gareca, elegante hasta para tirar la esponja, aprovechó para repartir agradecimientos como si fueran medallas: a los jugadores (que no jugaron mucho), a los dirigentes (que lo respaldaron hasta que no hubo más espalda) y, por supuesto, a Juan Pinto Durán, donde —según él— nunca faltó el cariño, aunque sí el fútbol.

“No hubo un tema económico”, repitió con énfasis, como quien aclara demasiado para que no parezca raro. “Nunca he hecho juicio a nadie”, dijo, en lo que pareció una clase de ética laboral en medio del funeral deportivo.

“A la gente, solamente palabras de agradecimiento porque apoyaron y llenaron el estadio”, añadió, omitiendo que los hinchas quizás iban más por patriotismo que por ver a la Roja jugar bien.

Al final, Gareca se despidió sin aceptar preguntas. Un portazo educado, directo desde Bolivia. “Me llevo una gran imagen”, afirmó. Lástima que lo único que no se llevó fueron los puntos.

Chile, mientras tanto, sigue buscando su identidad futbolística… y ahora, también técnico.