“Nos desmoronó como personas”: Las gemelas Shannon destapan los oscuros secretos de la Mansión Playboy
Lo que parecía un sueño de lujo, fama y glamour, terminó siendo una pesadilla para Karissa y Kristina Shannon, las icónicas gemelas que se mudaron a la Mansión Playboy a los 19 años para convertirse en las “novias” más jóvenes del excéntrico Hugh Hefner. Hoy, con 35 años, decidieron contar toda la verdad en una explosiva entrevista con People, y no se guardaron nada.
“Playboy siempre será parte de nosotras, pero la experiencia fue profundamente traumática”, soltó Karissa sin anestesia. Y lo que vino después dejó a más de uno con la boca abierta.
Fuego cruzado y celos enfermizos
Las gemelas hicieron historia al tener cada una su propio mes en la revista, algo inédito que les dio status… pero también enemigas. “Las chicas no nos podían ver. Estaban enfermas de celos porque éramos gemelas y Hefner nos adoraba”, lanzó Kristina.
Karissa agregó con ironía: “Cuando hacíamos fotos, él se metía al medio. O pedía que nos sentaran a su lado. Eso volvió locas a las demás. El acoso fue brutal”.
Religión prohibida y una identidad borrada
Pero lo más perturbador fue lo que vino después. En medio de un ambiente de fiestas, cámaras y reglas no dichas, perdieron hasta su fe. “Creer en Jesús se convirtió en un problema. Nos quitaron nuestra espiritualidad. Nos rompieron por dentro”, confesó Karissa.
Y por si fuera poco, Hefner las obligaba a mostrarse siempre como un dúo idéntico, negándoles cualquier individualidad. “Éramos dos cuerpos con una sola voz. No podíamos ser nosotras”, dijo Kristina.
Caída libre: adicciones, salud mental y pensamientos suicidas
El deterioro emocional las arrastró a un abismo de excesos. “Había alcohol, pastillas, kilos de más. Estábamos destruidas. En momentos, pensamos en terminar con todo”, revelaron sin filtros.
Al regresar a Michigan, su estado natal, ambas fueron diagnosticadas con trastornos como bipolaridad, TDAH, depresión maníaca y ansiedad generalizada. “Nos perdimos en ese mundo”, sentenciaron.
Renacer entre cenizas (y sin tacos ni lencería)
Hoy, viven alejadas de los flashes y las fiestas. “Meditamos, comemos orgánico, ya no somos esas chicas perdidas. Pero sí, seguimos siendo las gemelas juguetonas… solo que ahora con conciencia”, dijo Karissa, mientras Kristina añadió: “Michigan nos salvó la vida”.
Un testimonio potente que deja al descubierto una vez más el lado B del emporio Playboy, ese que pocas se atreven a contar… pero que las Shannon destapan sin miedo, con todo el ají que faltaba en la historia.